La comunidad educativa se identificará como una institución que imparte enseñanza técnico profesional; un centro educacional abierto y pluralista que acoge a los educandos en sus distintas modalidades de enseñanza: pre-básica, básica y media, sin hacer distinción de credos, raza, nacionalidad ni situación social.
La razón de la existencia radicará en entregar a cada uno de los alumnos, las herramientas necesarias que les ayudarán a integrarse eficientemente al mundo laboral.
El enfoque curricular comprende una interrelación entre el estilo curricular por competencia, propuesto en la reforma educacional, en el cual el alumno a través del ser, pensar hacer y saber, como elementos del aprendizaje, pueda construir conocimientos y generar habilidades y competencias que posteriormente pondrá en práctica en su vida laboral, y algunos aspectos del estilo curricular humanista centrado en la persona, el cual presenta un rol distinto del docente y una formación valórica plena de los alumnos con el fin de prepararlos para vivir y convivir con su entorno...
La labor docente apuntará a ayudar a los alumnos a que decidan lo que son y lo que quieren llegar a ser, considerando que el hombre es un ser activo de su propia vida. Dentro de la comunidad lorquiana se fomenta a los alumnos el espíritu cooperativo y la empatía. Cada uno de los docentes siempre tendrá confianza en la capacidad de aprender del alumno, creando y manteniendo un clima educativo favorable, respetando la individualidad de los niños, niñas y jóvenes, desarrollando en ellos la autoestima y guiando la disciplina como un medio para desarrollar el autocontrol.
Consideraremos el aprendizaje como un proceso personal y colectivo de integración y reconstrucción del saber y de la cultura. Los alumnos y alumnas aprenderán a combinar los conocimientos, habilidades y actitudes que los prepararán para un desempeño adecuado y oportuno en los diferentes contextos en que se desempeñarán laboralmente.
El modelo curricular verá al alumno como un sujeto de aprendizaje, como un agente transformador de la realidad; que convocará al cuerpo docente a una reflexión y los llamará a adaptarse a sus estudiantes, a sus procesos intelectivos, a sus preconceptos derivados de la experiencia y a sus aptitudes, comprendiendo que cada docente deberá ser un facilitador del aprendizaje de los alumnos.